Los métodos de relajación

La relajación es un estado del organismo que se caracteriza por una resolución del tono muscular íntimamente ligada a una sensación de calma y quietud. Se utiliza a efectos terapéuticos partiendo de la base de que nuestras actitudes y comportamiento no son sino una manifestación de las actividades psíquicas y de los estados afectivos. A medida que se produce la relajación. El objetivo de la relajación neuromuscular es conseguir una desconexión total del sistema nervioso, que nos permita reemplazar la fatiga por un estado de calma y alcanzar una sensación de bienestar tanto físico como psíquico.

Llevar a cabo los siguientes ejercicios de relajación y gimnasia mental.

1. Al despertar, antes de levantarse de la cama, practicar durante algunos minutos una relajación completa, en la que los brazos y las piernas, queden totalmente inertes. Después, de pie y ante una ventana abierta, practicar una decena de movimientos respiratorios.
2. Al acabar el trabajo por la mañana, efectuar una relajación durante cinco minutos, en un sillón. Lo mismo al finalizar las tareas por la tarde.
3. Por la noche, antes de acostarse, practicar cinco minutos de relajación neuromuscular acompañada de vacío mental—pensando en sentirse completamente relajado—, procurando que la respiración sea profunda y repitiendo mentalmente tres palabras: “Calma, fuerza, equilibrio”.

Durante estas pausas disminuyen la actividad mental y la tensión nerviosa, al tiempo que los intercambios del organismo se efectúan más despacio a causa del estado de reposo.

Este método de relajación da buen resultado en los trastornos del sueño, los estados depresivos o de angustia y en algunos trastornos digestivos. Muchas personas que sufren una tensión nerviosa de efectos extenuantes para el organismo, así como obsesiones y fobias capaces de causarles el desequilibrio mental, pueden volver a la normalidad mediante esta disciplina que les permite recuperar el necesario estado de equilibrio físico y psicológico, al tiempo que les devuelve la alegría de vivir.

Este tratamiento psicológico es también un valioso auxiliar de cualquier medicación o tratamiento prescrito por el médico, puesto que toda enfermedad incluye un importante factor mental  que la condiciona. El enfermo que mantiene bien alta la moral favorece así la posibilidad de ser curado.