Muchos hombres se sienten justificados ante la idea imperante del machismo que proclama la infidelidad masculina por naturaleza; pero ésa no es la verdad, ya que no hay razón alguna para que alguien conviva con dos o más parejas, “No hagas a otro lo que no quieres que a ti te hagan”—dice un conocido proverbio. Ser infiel agota mucho físicamente, deja malestar e insatisfacción, porque la conciencia siempre reclama el silencio de lo interno.
Alardear de infidelidad es egoísmo y maldad mezclado con un toque de vanagloria personal que para nada sirve. Además esa posición crea deudas karmáticas para un futuro que pueden ser graves y, algún día, tendrán que saldar.
Hay mujeres que prefieren tolerar la infidelidad para cubrir las apariencias de un matrimonio bien constituido a los ojos de todos, porque económicamente están protegidas, tienen un hogar, dinero para sus gastos, posición. A cambio de eso, pierden su dignidad y lo soportan todo con una aparente coraza de conformidad e indiferencia; pero, en el fondo, no son felices, siempre están a la defensiva. Para calmar su tristeza, su frustración, buscan una salida. Interesarse por el prójimo en obras de amor y caridad es lo más digno; pero también hay quienes se van por el camino opuesto de la rebeldía: “Como tú haces tu vida, yo también” –le dicen a su esposo y se van por la dirección del flirteo, de las aventuras amorosas; pero nada de eso les da felicidad, paz ni sosiego.
El ego es quien busca ser infiel por novedad; aunque hay otros muchos motivos y justificaciones. Nunca, ninguna infidelidad causa bienestar alguno; aunque halague los sentidos en la satisfacción de comer el fruto prohibido. Hay quienes piensan que ser fiel es aburrido y buscan motivaciones sin darle gran importancia al asunto. Incluso doctores eminentes aprovechan sus altas posiciones para hacer conquistas entre las pacientes que los visitan y, para ellos, esos incidentes son normales. Todo depende del nivel de moralidad y de conciencia que haya; pero, en cualquier caso, la infidelidad genera un karma para el futuro. Así como tratas a tu pareja, así serás tratado.
«Más adelante, pasarás a ser el humillado, consentidor de múltiples infidelidades por miedo a la soledad, y otros tantos motivos como el “sexo con fecha de caducidad” que prefiere ignorar por vergüenza. Y es que el que anda en malos pasos termina sepultado en sus propios zapatos».
4 comentarios en «La infidelidad»
muy buena nota con un sutil y arrollador mensaje final 😀
Mucha gracias Enrique
sabio artículo y que lindo final.
Enhorabuena bien dado!
Muchas gracias Claudia por su generosas palabras.