La Degeneración del Poder

El ego es quien usurpa el poder pues cree que lo tiene por ella misma y, con fuerza, se entromete, lo arrebata. ¿Qué sucede entonces? Le da un mal uso con mucho esfuerzo, porque ha de empeñarse demasiado para lograr algo que no deja de ser una creación humana nada más.

El ego, por sí solo, carece de discernimiento y no tiene poder alguno, los resultados en ese arrebato empeño son siempre mediocres, de escasos vuelos; aunque, por la degeneración del plano, sean a veces calificados de arte y belleza, de sorprendente inspiración. En bastantes museos del mundo, hay mamarrachos artísticos por los cuales los directores de estos museos han pagado mucho dinero debido a la gran fama del pintor; pero, examinados racionalmente, resultan infortunadas creaciones humanas llenas de colores sombríos o violentamente resaltantes, puntos, rayas, extrañas combinaciones calificadas de portentosas.

Para que las ideas divinas lleguen y puedan ser comprendidas, los seres humanos han de elevarse mental y emocionalmente, tener una moral correcta, abrir sus mentes a lo superior, quitar la atención de lo bajo y rastrero, purificar sus sentimientos de negatividades, pasiones y sobresaltos, haber hallado la serenidad y la paz. En caso contrario, el ego irrumpe creyéndose creadora y arrebata el Poder; pero no sabe usarlo bien ni canalizarlo correctamente, debido a la rebeldía, a su separatismo y mediocridad. El ser humano que se doblega ante el ego, por ende fluye en perfecto equilibrio emocional y mental cuando toma el Poder sin darse cuenta siquiera, lo bien canaliza por lo cual los resultados son hermosos.

Las personas que tienen éxito en la vida, en varios campos de actividad, triunfan por la natural integración y armoniosa obediencia a su conciencia. Hay muchas maneras de tener éxito el cual no llega únicamente por vía material. Cuando el ser humano está en paz y armonizado, reside en él una normal obediencia que lo distingue, lo resalta a los ojos de todos, sus obras y actos son de calidad y por ello alcanza la victoria, la fama. Dejar fluir lo interno sin oponer resistencia, es la llave del éxito.

El ser humano puede ser comparado con un hermano de mayor edad que ejerce una gran influencia sobre sus hermanitos más pequeños a quienes somete a sus gustos o caprichos. Ellos, los más pequeños, se sienten felices obedeciendo al grandote que es más inteligente y él, con esta alianza se refuerza.

En este mundo, hay gran degeneración del Poder en todos los aspectos de la vida: Arte, Ciencia, Economía, Negocios, Fútbol, etc.,  porque éste es un mundo donde impera el “YO SOY” que no es otra cosa que el ego, ya que cada ser humano le ha entregado el mando en su vida. Por ello, todo está desviado, al revés de cómo debería de ser y hay tantas creaciones humanas discordantes, hasta monstruosas por todas partes pero cuando se ponen a la luz de la verdad, todas estas creaciones son disueltas, transmutadas en bellas y armoniosas obras, como la alquimia.

La música es el arte sublime a través del cual fluye fácilmente la inspiración divina; pero vemos  que cuando no nace de la auténtica vocación de entregar lo mejor de uno, por el auténtico placer de ser uno mismo y de hacer felices a los demás, no se producen sino disonancias estridentes ruidosas o simplemente composiciones mediocres que nunca perduran en el tiempo. ¿Por qué ha persistido la Música Clásica siglos después de haber sido producida? Pues sencillamente por ser resultado de la verdadera inspiración en la armonía de lo correcto. Así hay también muchas melodías que no son clásicas, coronadas por el éxito; pero lo que es producto de la moda, del momento para complacer a las multitudes, muy pronto tiende a desaparecer.

Igualmente sucede en el mundo de la ingeniería, la arquitectura, la ciencia e incluso en la política que es tan difícil la canalización del interno poder en positivo, con ideas acertadas. Todo lo bello, lo maravilloso que hace felices a las personas y alegra la vida; llega como resultado del poder interno y su buen uso en la vida. Es preciso comprender esa realidad para no confundirse, no desviarse ni llenar sus vidas de creaciones humanas desastrosas. La principal obligación de todo ser humano en la Tierra consiste en ir disolviendo sus propias creaciones no armoniosas, para merecer vivir en un mundo mejor.

La degeneración del Poder se produce fundamentalmente por el mal pensar y el mal sentir: Crítica, chismes, difamación, dudas, temores, recelos, sospechas, calumnias malsanas, burlas, por malos tratos y abuso en el control de energía en cualquier dirección: Limitaciones, excesos, deficiencias, malos hábitos, irresponsabilidad, despotismo, ira, egoísmo, violencia, etc. Toda condición de carácter  que no se ajuste a la Verdad produce actos en los cuales hay degeneración de Poder y mal uso. Sepan que el Poder es también fuerza, energía, vitalidad, inteligencia y sentimiento. Las arrebatadas pasiones consumen mucha energía innecesaria.

El ser humano es responsable de él mismo; por lo tanto, debe responder por todo lo que se le da para vivir, ser y existir. No ha de usar alegremente lo que tiene, sin control alguno ni discernimiento. La vida se da como regalo, la inteligencia, la fuerza; pero para bien usarlas. Por libre albedrío, se puede hacer lo contrario; pero, entonces, habrá que afrontar las consecuencias. Todos los habitantes de este mundo o casi todos eligieron vivir complaciendo sus gustos, inclinaciones y preferencias; por lo tanto, aceptaron un camino contrario, muy espinoso por recorrer. Siempre, el libre albedrío se respeta por ser algo sagrado.

«El sabor de una manzana se disfruta más después de haberse equivocado al comer anteriormente una podrida. Durante muchos siglos, el avance en la Tierra ha sido a través de la mentira, el engaño y el error; la espiritualidad desviada; pero ya es el tiempo de que todo eso termine».