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El lado obscuro de los medios de comunicación

 

El último canal o agente divulgador de la cultura de la violencia lo constituyen los medios de comunicación. Estos, en su mayoría son concebidos no como canales culturales, informativos y abiertos a la opinión plural, sino como empresas comerciales que precisan “vender” para subsistir .Para ello incurren muchas veces en prácticas que deforman la personalidad del sujeto social, o la ponen en peligro, en tanto la comunicación y la información son necesidades de las que no se puede socialmente prescindir. Así, destacan los eventos violentos que son “noticia” , utilizando como práctica generalizada, la exageración, el sensacionalismo, la desnaturalización del hecho e incluso la mentira, propiciando que el clima de violencia e inseguridad sea permanente, además de perder credibilidad ante la opinión pública.

A todo esto se debe sumar el rol negativo que, en la construcción de la identidad cultural del país, tiene el que los medios de comunicación incorporen acríticamente normas culturales, imágenes del mundo, patrones de conducta y de consumo, estructura de gasto, etc, que muy poco tienen que ver con el desarrollo de la conciencia nacional y que, más bien, estimulan el desarraigo, la dependencia a lo extranjero como lo mejor, debilitándose así la autoestima y favoreciendo conductas alienantes.

En el caso de la televisión, este problema de contenidos se ve agravado por enunciados y formas que interfieren la fluidez y la continuidad de la formación y la opinión, por cortes y tandas comerciales que mezclan y generan confusión en el televidente. De otro lado, su carácter de medios de la libre expresión se ve en casos mediatizado por la identificación por la línea política de los propietarios, hecho que coacta la libertad de periodistas y público en general. La importancia sociocultural de los medios de comunicación y el uso de las más sofisticadas tecnologías que permiten involucrar en su consumo a las masas, ha obligado a la Comisión a reparar en la delicada responsabilidad de uso que corre por cuenta de empresarios de prensa y periodistas en un marco de riguroso respeto y observancia a la libertad de expresión que la Constitución garantiza. Dadas las tendencias a la violencia generalizada para países que se tapan con el disfraz democrático, pero sabemos, quién son, el rol de objetividad es muy  necesario, así como su contribución a las tareas de la pacificación nacional.

Los medios de comunicación no comprenden aún el importante papel que tiene frente al manejo del tema de la violencia. Lejos de abrir espacios para que la opinión pública participe en los diferentes temas de importancia a su realidad, lo que buscan es el sensacionalismo del tema, resaltando la crueldad. En general, frente a los temas de violencia a la mujer, adultos mayores y niñ@s se destaca con mayor relevancia lo que sea  negativo por encima de los aspectos positivos.

Los medios masivos de comunicación, refuerzan e imponen comportamientos a la sociedad que en ocasiones, limitan las percepciones y distorsionan la realidad. Son ellos los encargados de reproducir y vender violencia, a través de la televisión que se viraliza por Internet (llegando a más lugares) la radio y la prensa, que ha dejado de ser una circunstancia en lo cotidiano en muchos países. De esta forma los medios refuerzan la violencia, la meten dentro de los hogares, dentro de las mentes de los niñ@s, sin que ya produzcan asombro o pánico.

Por otro lado, se constituyen en un elemento y fundamental para el desarrollo de la sociedad, la cultura y la comunicación. Sin embargo, hoy en día este importante medio se ha convertido en una de las causas que genera y alimenta la violencia. Esta violencia que se transmite influye de una u otra manera  a los usuarios de todas las edades. Y algo muy importante a tomar en cuenta es que la población afectada incluye nin@s y adolescentes, que reciben mensajes que muchas veces puede afectar su personalidad, valores y comportamientos.

Como señalábamos anteriormente estos medios de comunicación no sólo exaltan la violencia, sino que además la distorsionan. Esta forma de presentar las noticias, van creando una imagen de normalidad, llegando al punto de ver escenas deplorables sin que causen mayor impacto en el espectador.

Por otro lado, el castigo de la violencia no es acorde a lo esperado. Por ejemplo, a lo largo de un programa de televisión, quienes cometen acciones violentas, amasan grandes fortunas y viven mucho más lujosamente que quienes no son violentos y solamente al final (y no siempre) son castigados. Su recompensa es inmediata y generosa, su castigo es tardío y frecuentemente débil o inexistente. La televisión no recoge en sus imágenes la sentencia que dice: “ la recompensa del pecado es la muerte” sino más bien “la recompensa de la violencia es una serie de bienes muy superiores a los que obtiene una persona normal”. Cuando hay un final moralizador, es frecuentemente interrumpido por los anuncios, lo que hace que no se establezca la relación: violencia= resultados desfavorables.

De hecho el objetivo de los medios de comunicación es la obtención de beneficios, y si la violencia “vende”, seguirá existiendo. Es muy interesante averiguar a qué cosas se dedica menos tiempo, una vez que el televisor se ha instalado en el hogar. De acuerdo con un estudio de la UNESCO llevado a cabo en muchos países, el “feliz” propietario de un televisor duerme menos, lee menos y habla menos. Asimismo invierten menos tiempo en actividades religiosas, paseos, reuniones, etc.

También se ha observado que los contenidos no sólo se relacionan con la violencia sino también con elementos sexuales, los cuales se han incrementado. Y esto no sólo en la televisión, sino también en periódicos, revistas, novelas e Internet, que con la “realidad virtual” atrae a muchos cibernautas, alineándolo en una realidad que no existe o nunca será suya. El consumismo y la globalización son fenómenos que están alterando el universo. Por lo tanto, la violencia que a través de estos medios se transmite, y que de una u otra manera influye en las personas, es un tema que debería ser paradigmático, pues incluye aspectos éticos y morales derivados del accionar profesional de los responsables de un medio de comunicación.

Al analizar este fenómeno, los enfoques para su interpretación nos llevan a identificar las diferentes circunstancias inmersas en ella: el reconocimiento de los límites éticos para informar, la selección adecuada de los programas transmitidos, la necesidad de impactar o el simple hecho de informar la realidad tal y como ésta es. Por ello el manejo ético de expresión y al derecho de acceder a la información.

Ello implica que reflexionemos sobre la importancia de los medios escritos y audiovisuales a los cuales tienen acceso miles de niñ@s, y que les presentan, en no pocos casos, deplorables condiciones y hasta estilos velados que pueden afectar la personalidad, los valores y comportamientos, aspectos de las personas se van formando dese la niñez; por tanto, la información dañina distorsiona su formación individual, más aún por la presencia de modelos inadecuados en la familia, el centro educativo y  en general el medio social en el que se desarrollan. Un hecho interesante que se establece y que llama la atención es que los medios de comunicación no sólo exaltan y sobrerepresentan la violencia, sino que además la distorsionan en relación a lo que ocurre en la vida real, de misma manera como estimulan un consumismo irresponsable o crean objetos sexuales sin respetar la dignidad de las personas.

En la presentación periodística de un acontecimiento real de violencia se conjugan dos elementos que existen en él: ( la emotividad y excitación en primer lugar, que sorprende las conciencias, que atrae como espectáculo) a muchos; el segundo es el componente de horror  y rechazo que despierta en todo ser humano (hiriendo los sentimientos y valores positivos, por cuanto íntimamente sabemos que los sentimientos no son espectáculo); en la realidad , ambos aspectos van siempre unidos, pero los medios nos presentan sólo el primero y nunca respetan el derecho a no ser informado. La violencia queda así trivializada y reducida. Esta es la imagen que nuestros nin@s, adolescentes y jóvenes están recibiendo como normal

No debemos minimizar el impacto que los medios de comunicación ejercen sobre la conducta, en especial en niñ@s y adolescentes básicamente por la imitación. Variables tales como el tiempo de exposición al medio de comunicación, la edad, sexo, nivel socioeconómico, dinámica familiar, modelos parentales, entre otros van a determinar el mayor o menor grado de influencia que estos medios adquieren como agentes socializadores en la conducta y modo de pensar de las personas.

4 comentarios en «El lado obscuro de los medios de comunicación»

  1. Hola Eunice:
    Te saludo desde canarias_España,
    sólo para que sepas que me impacta tu forma de escribir
    como dijiste en tu presentación no eres frivola, eres muy inteligente
    leo todos tus escritos y son espectaculares.
    Me gustaría conversar contigo, te dejé un mensaje. Pues nada.
    Felices noches para Perú guapisima !

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  2. Hola Eunice es un gusto saludarte desde Puerto rico
    es uno de los mejores articulos sobre los medios de comunicación que he leido.
    que bueno que las mujeres muestren tantas neuronas.
    Besotes reina.

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    • Oh por Dios! me siento honrada y todavía de un país que quiero mucho,
      mostramos lo que podemos y sí es para ayudar ¡enhorabuena!
      Gracias mil Patricia, saludos Puerto Rico 🙂

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