De acuerdo con sondeos recientes, la profesión de médico sería la más apreciada por la opinión pública: de los mismos se deduce que al cuarenta por cierto de los jóvenes le gustaría ejercerla si estuviera a su alcance.
Esta atracción sin duda tiene origen en una particular disposición del espíritu y en un llamamiento de la conciencia, y puede justificarse por cuánto hay de apasionante en el estudio psicosomático (físico y psíquico) del hombre, pero al mismo tiempo por las extraordinarias posibilidades que ofrece la medicina moderna a quién puede consagrarse a ella, así como por la ilimitada amplitud de su campo en acción.
Cualquier profesión es útil a la sociedad en la medida en que responde a una de sus necesidades. Pero la profesión de médico engloba a todas las demás y se sitúa por encima de ellas porque presta un servicio a la humanidad, ya que, en su ejercicio, lo que está en juego es la integridad del hombre.
Usted posiblemente se haya preguntado, hallándose en el consultorio médico, cómo y por qué medios ese hombre llegó a la medicina.
Por supuesto, usted sabe que debió haber pasado por la universidad para obtener el correspondiente título académico de doctor en medicina que lo habilita para ejercer, pero con seguridad se le escapan los detalles de su evolución, desde el momento en que sintió la vocación hasta que pudo llegar a instalarse.
Muchos jóvenes se sienten atraídos desde la infancia por la profesión de médico, porque es la más noble y la más humana cuando la ejerce un auténtico ser humano con vocación de servicio.
También está el caso de los médicos que nunca han tenido que decidirse porque el padre, médico a su vez, sólo los orientó en ese sentido, o porque siempre oyeron decir que ellos serían médicos y, en tal caso, no se les prestaba la alternativa de escoger otra carrera.
Para conseguir el diploma de doctorado y alcanzar los grados anexos, al estudiante se le exigen ocho a diez años de trabajo asiduo. Lo cual es mucho para aquellos que no cuentan con una familia suficientemente desahogada para poder hacer frente a todas sus necesidades. No pocos deben desempeñarse en sus horas libres como canguros, profesores particulares, serenos de hoteles, cuidadores de garajes o lavadores de coches.
Ésta por supuesto no es una solución ideal para esos jóvenes, que deben ocuparse al mismo tiempo de seguir los cursos, asistir al hospital y preparar concursos , y que así se ven también obligados a sacrificar los momentos de descanso, esparcimiento y vacaciones, es decir, todos los placeres indispensables para su equilibrio.
Pero gracias a estos trabajos paralelos, aquellos que son de escasos recursos económicos pueden llegar a fin de mes digna y honestamente. Lo que ya no está tan mal…
Piense en ello cuando se encuentre ante un médico joven. Éste puede contarse entre los que han tenido que lavar coches en invierno para alcanzar el doctorado.
Es en el contacto diario con los enfermos—además del largo proceso de capacitación médica —donde se plasman tanto la ciencia como la conciencia del médico, sólo entonces el sentido de lo humano cobra valor y se desarrolla.
Para decirlo con palabras de Jean Delay “El médico debería haber llegado a entenderlo todo, haber amado mucho en cuerpo y alma, y haber conservado en el fondo de su corazón una infinita pieda.
"La profesión de médico se compone, en efecto, de una gran dosis de saber, pero también de comprensión psicológica e intuición."
4 comentarios en «Qué significa ser un médico»
muy bonito escribes amiga y a mi me gustaria ser médico tu me inspiras
gracias
Muchas gracias Diego 🙂
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