Ni el toro ni el gallo nacieron para el maltrato y el sufrimiento. Sólo los hombres, como algunos seudo periodistas hacen posible el genocidio al aceptar con alegría la tortura de los animales.
Tradición es una cosa, estupidez otra. No ocultemos nuestra falta de evolución tras la palabra tradición. Una tradición debe enorgullecer y no promover la sangre y la violencia. Los españoles están llenos de tradiciones idiotas. Sin embargo, extraditan a un anciano de 83 años esto en 1998 para juzgarlo por crímenes contra la humanidad. ¿Por qué la Sociedad Internacional Protectora de Animales no extradita a todos los toreros y los manda a alguna tribu caníbal donde «la tradición» sea comerse vivos a turistas en trajes dorados?
Una monstruosa analogía de una corrida de toros se dio en el Estadio Nacional de Santiago de Chile, donde el régimen del general Pinochet encerró a miles de personas, y mató y torturó a centenares en los días posteriores al golpe de setiembre de 1973 sin juez, riesgo ni reglamento. Una atrocidad sin gracia ni discusión con seres humanos. (Lo único que faltaban eran «momios» pinochetistas anti taurinos.)
«Los toros no son personas», dicen. Los animales no son sujeto de derecho. ¿Qué tal si renacemos la costumbre de tirar cabras desde los campanarios? Total, la barbarie hacia los animales no tiene nada que ver con la barbarie con los humanos. Un día mato toros y al siguiente defiendo los derechos humanos.
«Las reses bravas, dicen, nacen y se crían para la lidia como los caballos de carrera y los gallos para el combate»… Me encanta este punto. Es como decir: «si todos orinan en la calle, yo también».
Evitando orinar en la calle y con los derechos humanos bien en alto, ¿el lector come carne de res, de chancho o de cabrito, de pollo o de pavo? Tenemos entendido que esos animales no son muertos con anestesia. A los pavos a veces se les emborracha, pero, aun así, ¿no le preocupan sus derechos?
Dejemos un mundo con más compasión para los pequeños. No todas las «tradiciones» son buenas ni dignas de conservar. La corrida de toros no es arte ni cultura, es un espectáculo sangriento, despiadado en que un animal indefenso cae muerto después de una fatal agonía
No hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que es un asesinato a un mamífero como nosotros y por eso debe tener la misma trascendencia en decretarse la corrida de toros en un acto sangriento, de homicidio , con alevosía y premeditación más pena de cárcel; desde aquí mi protesta a todo acto de crueldad y barbarie, al menos queremos que algún mandatario alce su voz de protesta en contra de estos seres que no pueden hacerlo, y nuestras voces está comprobado que no llegan a impedirlo. Yo entiendo como arte y cultura, todo lo que engrandece al hombre y a la sociedad, no puede ser “arte ni cultura” toda la crueldad del hombre.. Sí lees este escrito ayúdanos en su difusión.. y a la lucha por abolir toda crueldad en contra de cualquier ser viviente,