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Todavía perdura, en la sociedad contemporánea, la brutal costumbre de la caza  en la cual el ser humano hace alardes de superioridad al matar, mutilar y herir a indefensos animales calificados como “salvajes” que son tesoros de la fauna natural en los bosques, selvas, sabanas, montes.

El afán de destruir y exterminar causa mucho desequilibrio ecológico, va produciendo aceleradamente la extinción de las especies pues, por ser tan abundantes las matanzas, no hay oportunidad para la reproducción a un ritmo igual.

La cacería, durante siglos pasados, fue calificada como deporte de reyes, príncipes y altas clases sociales. Esos personajes tenían zonas específicas y bosques privados para ello. Ciervos, zorros y jabalíes, osos, faisanes, liebres,, eran los animales más buscados a los cuales tendían trampas y emboscadas astutamente, los perseguían con furiosas jaurías de perros. La costumbre daba rienda suelta a los sádicos instintos de los poderosos., endurecían su carácter y lo formaba para el trato del pueblo. Evidentemente, ¿Cómo sería ese trato forjado con las primitivas y salvajes prácticas? La historia bien lo demuestra.

La matanza de seres pertenecientes al reino Animal se extiende a los que viven en la tierra, el agua y el aire. La pesca acuática y submarina es ya tan abusiva que está escaseando en los países industrializados dedicados a ese trabajo. Con respecto al elemento Aire, destaca la matanza de aves migratorias y el deporte llamado “Tiro al pichón”, ¿Cómo es posible que, siendo la paloma símbolo de la paz, se sacrifique de tan cruel e inútil manera? Los llevan apiñados en jaulas sin comer ni beber porque van a ser sacrificados. Luego, los sacan uno a uno para ponerlos a volar y ser acribillados a tiros, muertos instantáneamente algunos pichones; pero otros quedan heridos y, sangrando con perdigones en el cuerpo, pueden escapar. ¿Los animales no se asustan, no sufren ni padecen? Así lo creen muchas personas; aunque otras ni se molestan en pensarlo siquiera.

Como proezas históricas de caza en pasados tiempos, están las hazañas del muy admirado “héroe” llamado Búfalo Bill, que llegó a matar más de 4.000 búfalos en las praderas norteamericanas. Como resultado de su hazaña y la de otros cazadores iguales, muy poquísimos búfalos quedan ahora, porque fueron casi totalmente exterminados.

¿Qué debe aprender el ser humano de todo esto? La correcta forma en el trato hacia el Reino Animal es muy importante; por lo tanto, ese yo humano debe saber que la Naturaleza integra a cuanto existe y que es preciso armonizarse con ella. El ser humano no puede evolucionar, si no respeta a la vida en cualquiera de sus formas y aspectos. Por ello, se debe conocer la verdad sobre los Reinos menores, Por qué  y para qué existen, con objeto de no ir amontonando karmas que lo aprisionen a la vida terrena y le impidan volar.

«Para unirse a las filas de quienes vivan en la Tierra, debe haber una apertura mayor de conciencia por esfuerzo propio, rectificación de errores y un camino de conducta con el debido respeto hacia la Naturaleza».

1 comentario en «LA CACERÍA»

  1. Este es un deporte de dementes.
    muy bien explicado Eunice
    Enhorabuena por los animales
    y porque hay personas que se precocupan y concientizan sobre el amor a los animales
    son mejor que las personas
    Genial.

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