Se puede invertir tanto en armamento militar, habiendo tanta pobreza…

Entre los países sudamericanos, por ejemplo Chile, según un informe elaborado por el Chileno Tiempo 2000, el país del sur gasta 2.100 millones de dólares anuales en Defensa, cerca del 3% de su PBI. Entre sus planes de compra  de armamento están 10 o 12 cazabombarderos F-16($620 millones a Estados Unidos, dos submarinos de última generación ($440 millones) que se construye en Francia y España. Esto sumado a lo que compra de otros armamentos le significaría a Chile un gasto cercano a los 20 mil millones de dólares de aquí al 2020..

El Perú gastó en armamento en el periodo 90-2000 poco más de 1992 millones de dólares en el sector Defensa. Sin embargo, cerca del 80% de ese dinero se invirtió entre 1995 y 1999, durante y después del conflicto con Ecuador, Ecuador también compró armamentos al país de Argentina a raíz del conflicto con Perú; Ecuador gastó en promedio 500 millones de dólares anuales en Defensa.

Según cifras de la CEPAL nuestra región es una de las que más adquirió armamento en los últimos años. Al año son 27 mil millones de dólares en gastos de defensa. Si a eso le añadimos los gastos de Seguridad ciudadana Interna y Policía, que son unos 25 mil millones de dólares, son cerca de 50 mil millones de dólares que gasta América Latina anualmente en defensa, sólo se gasta 0.90 centavos de dólar en Salud y 0.93 en Educación.

Esto es preocupante si tomamos en cuenta que vivimos en un continente donde la pobreza involucra al 90% de latinoamericanos, donde 600 mil niños mueren al año por desnutrición, por falta de atención primaria en salud o simplemente por hambre, según la Organización Mundial de la Salud. Las mismas cifras indican que la TBC mata a 50 personas al año en Latinoamérica y que hay 65 millones de desempleados y subempleados en nuestros países. Con esas cifras, es un suicidio social que se siga gastando en armas de la manera en que hoy se hace. Mucho más si se tiene en cuenta que entre el 15% y el 20% de la deuda de los países proviene de la compra de armamento.